A
veces no es suficiente nada en el mundo. Otras veces, solo un poco de algo se
convierte en suficiente.
Así
de complicado puede estar nuestras emociones. Necesitando lo bastante para
conformarse con lo poco. Sin alguna explicación solo lo hacemos y ya. Así de
complicado también es nuestras vidas.
A
veces no nos soportamos ni a nosotros mismos, otras veces acabamos soportando
hasta lo indebido
Sin
pensar siquiera en lo que nos estamos acarreando. Personas sin identidades y
sin carácter para decidir lo que realmente queremos o necesitamos, que
lamentablemente en algún momento afectaremos también a otros, porque lo mismo que
nos permitimos que nos hagan, dejaremos que a nuestros hijos y seres queridos
le hagan.
Aunque
son líneas que al parecer suenan duras, son llenas de realidades en un mundo
fuera de cordura.
Hoy
más que nunca, escuchamos decir “Déjame pensarlo” y lo crucial no es la frase
sino el motivo, es que quieren pensar cuando solo se trata de hacer el bien,
porque para lo malo, no invierten ni un segundo, quizás porque saben que no deberían
hacerlo y temen cambiar de parecer. Lo cierto es, que vivimos con falta de
cordura no del mundo sino de nosotros, equivocándonos hasta a propósito sin
importar las consecuencias solo con ganas de experimentar, lástima que esto
escrito en alguna parte sea o se convierta en verdad. Esperando que solo sean
letras mal sonantes que se unieron no para señalar sino para reflexionar por si
esto en ti esta.
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