Un año más
que se va y otro que no sabemos que traerá pero sin duda muchos estarán al
pasar los días descubriéndolo, aunque unos más rápido que otros. Lo cierto es que el 2016 fue lleno de
acontecimientos, los cuales impactaron a nivel mundial, y tras ello el rostro
de las personas que reflejaban en su más alto resplandor sus dos caras, la de dolor
envuelto con sufrimiento y la de la
maldad inmisericorde. Entendiendo experiencialmente lo señalado en las Escrituras sobre los últimos tiempos: “ y
por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará (Mateo 24:12)”.
Al parecer el amor no solo se enfrió en este
2016 sino que también se congeló, esto es lo percibido con tantos desastres, y no
estoy refiriéndome precisamente a los naturales sino a aquellos ocasionados por
el hombre.
Cómo es posible que las causas de muchas
muertes hayan sido porque a alguien en algún lugar del planeta se le ocurrió fraguar
un atentado contra un lugar perteneciente a un país específico para ellos, y
donde los dañados fueron un grupo de personas que por el simple hecho de estar
ahí se les arrebató su existencia, sin importar quienes quedaron en casa esperándolos
Cuántas personas vivieron en este año
esa fatídica experiencia. Esperemos que el 2017
no sea una continuación de ello, sino que sea un año de descongelamiento
de corazones, porque es lo que necesita el mundo para llegar a la paz que todos
andamos en diversas manera buscando.
Por eso, para el 2017 mis mejores deseos
son, que entre todos logremos concretar ese sueño, traer la paz a la tierra
pero para ello, primero debemos traerlo a nuestros corazones, luego a la familia,
después a todos los que nos rodean hasta llegar a lo último de la tierra; será
eso posible, no lo sabremos sino lo intentamos, así que tenemos el reto de materializarlo, sé parte de este reto para
que todos tengamos un FELIZ 2017!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario