“DAD GRACIAS EN TODO, PORQUE ESTA ES LA VOLUNTAD
DE DIOS PARA CON VOSOTROS EN CRISTO JESÚS” (1 Tesalonicenses 5:18)
Doy
gracias por todas aquellas personas que son agradecidas, porque sé que cuando lo hacen es de manera natural sin
otra intención que solo dar gracias.
Doy gracias por todas aquellas personas que además de su agradecimiento también regalan con esa frase una
sonrisa.
Doy
gracias por todas aquellas personas que dentro de su interior dejan
residir la humildad en su máximo sentido, reconociendo que lo que tienen y lo bienes y bondades que están recibiendo no es
por merecido, sino que es por la benevolencia (Buena voluntad) de Dios para con
ellos.
Doy
gracias por todas aquellas personas, que deciden ayudar a los demás, tendiéndole
su mano amiga, sin detenerse a ver diferencia religiosa, racial, económica,
social (o las que pueda existir según el hombre), bastándole ver o saber que
tienen carencias y/o necesidades, siendo esto último la razón de sus impulsos.
Doy
gracias por todas aquellas personas, que día tras día con sus gestos de amor, compasión
y solidaridad, hacen que muchos deseen imitarlos.
Doy gracias infinitamente por todas aquellas
personas, que a diferencia de las anteriores, no han tenido un buen corazón, ni
son agradecidos, (no porque no les compete hacerlo sino, porque su naturaleza de prepotencia se los impide, basado en una falsa creencia
de que son merecidos y que sería para ellos degradante o humillante dar las
gracias) porque son ellos los que inspiran con sus ejemplos a
no ser seguido, logrando que cada día, muchas personas tomen las sendas del
bien.
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