24/9/15

Se Participe de su Voz!



Resultado de imagen para voz de DiosDesde siempre he escuchado definir la oración como una conversación que tenemos con Dios. Sin embargo, hace algún tiempo he cuestionado que la mismas personas que han enseñado ese concepto, no se persuaden en ponerlo en práctica, es decir, una conversación se lleva acabo, cuando tanto el que oye como el que habla tienen la  misma oportunidad de intercambiar de roles. Ahora bien, nuestras oraciones se han convertido mas es una pedidera que en una conversación, ya que, el que se acerca para pedir, después de hacerlo se va a esperar que se le dé lo que pidió, y no se detiene a esperar que Dios responda en el momento, dejándole con esas actitudes con la palabra en su boca, esto a ocasionado quejas, inclusive de las mismas personas, por cuanto piensan que Dios no habla,  y no es que no hable, sino que no lo escuchamos porque nuestro apresuramiento no nos permiten hacerlo. Por eso, todo aquel que quiera escuchar a Dios, tome su tiempo, para entrar en su secreto. Jeremías 23: 18 y 22, nos muestra lo importante de entrar en ese secreto, y el que lo hace, tenga por seguro que Dios le hablará. Igualmente podemos entender, que por no estar en su secreto, hemos sido  testigo, de los errores en los que han caído muchas personas de nuestros alrededores y congregaciones, y lo más grave, es que  seguimos observando cómo continúan en ellos, todo, porque, al no escuchar la voz de Dios, vamos con ánimo de disciplinarlos, juzgarlos, acusarlos, ofenderlos, y por ultimo corregirlos, pero con argumentos propios, cuando lo ideal es, ir con lo que Dios literalmente les manda a decir, teniendo la confianza que si eso hacemos, como dice el texto bíblico, haremos que se vuelvan de los errores, malos caminos, malas obras, porque no tendrán como altercar con la Voz de Dios. Por eso, todo aquel que no ha experimentado realmente tener una conversación con Dios, le invito a estar en su secreto, porque ahí oirás y recibirás sabiduría que viene de lo alto para edificar a su pueblo, porque Dios mismo cuida y cuidará  de ellos. Acércate también a su secreto y se participe de su voz!

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